EL PAPA FRANCISCO, UN DEPORTISTA DE TODA LA VIDA AMANTE DEL FÚTBOL

Nunca antes un Papa fue tan pibe como Francisco, tan argentino como humano. Fan del fútbol socio de un equipo, capaz de pasear con un utilitario o ri en bus, alérgico a la seguridad, con un chica que no fue novia por poco…. y con escasas ganas de ser Papa.
El 19 de abril de 2005, fue el día en que Joseph Ratzinger fue elegido para suceder a Juan Pablo II. El nombre de José Mario Bergoglio circulaba con peso entre quienes se animaban a hacer pronósticos sobre el resultado final de la elección del cónclave. El declaró que no quería ser Papa.

Divertido y sociable

Hijo de un hogar de clase media con cinco hijos, de padre ferroviario y madre ama de casa, Francisco es frugal hasta para comer. Elige alimentos frugales y sanos, y toma un vaso de vino de vez en cuando. Le gustan la fruta, el pollo sin piel y las ensaladas.
Le gusta la literatura. Borges y Marechal son sus favoritos. Terminó la carrera de ingenieria quimica y pronto se dedicó a la teología. Siempre ha sido un hombre de carácter. Se puede desplegar el repertorio de argumentos más grande del planeta, pero si él ya tiene una idea tomada discutirá con el clero completo, y luego hará lo que le parece, esté donde esté.

Una decisión

Tiene claro dónde quiere llegar. Los que lo conocen bien dicen que el poder no le pone nervioso. Le gusta el fútbol y es simpatizante de San Lorenzo. Descansa con música clásica a su lado. No se va de vacaciones; no va a ningún lado, salvo cuando viaja a Roma, por trabajo.Le gusta caminar por la capital italiana y tomar ristretto en las cafeterías, apoyado en el mostrador. Según su círculo íntimo, suele ir a confesarse a la iglesia de El Salvador, y lo han visto en la fila del confesionario de un jesuita anciano.

Capaz de sorprender

Siendo Papa ya ha sorprendido llamando por teléfono a unas monjas, reservando en un hotel con su nombre, llamando a un chico que sufrió abusos, diciendo a las parejas que no se acuesten peleadas.
«Nunca se me cruzó por la cabeza casarme», asegura Jorge Bergoglio en el libro«Sobre el cielo y la tierra», una suerte de declaración de principios de quien fuera cabeza de la Iglesia argentina, hoy convertido en el papa Francisco.

¿Tuvo su tentación?

«Cuando era seminarista me deslumbró una piba que conocí en el casamiento de un tío. Me sorprendió su belleza, su luz intelectual… y, bueno, anduve boleado un buen tiempo y me daba vueltas la cabeza», recuerda Bergoglio en el libro, editado en 2010.

Tras una semana en la que ni siquiera pudo rezar porque «cuando me disponía a hacerlo aparecía la chica en mi cabeza (…) tuve que pensar la opción otra vez. Volví a elegir -o a dejarme elegir- el camino religioso. Sería anormal que no pasara este tipo de cosas».

Así describe esta «última tentación» en «Sobre el cielo y la tierra», que recoge una serie de conversaciones con el rabino Abraham Skorka, rector del Seminario Rabínico Latinoamericano, sobre las más diversas cuestiones divinas y humanas.

El relato de su experiencia juvenil da paso a sus reflexiones sobre el celibato en la Iglesia católica occidental, una «cuestión de disciplina, no de fe» que «se puede cambiar», continúa el entonces arzobispo de Buenos Aires, tras subrayar que «en lo personal, a mi nunca se me cruzó por la cabeza casarme».

El maletín negro?

Francisco suele llevar en sus manos un maletín negro, que ha dado la vuelta al mundo, en él lleva la maquinilla de afeitar, el breviario, la agenda y un libro para leer, «pero no llevo la llave de la bomba atómica», bromea sobre su poder.
Amalia Faná cuenta para TeInteresa cómo es el Papa Francisco basándose en su experiencia con él como amigo cercano de su familia y de haberle conocido en la Universidad Pontificia de Buenos Aires, donde al Papa le gustaba mucho hablar con los estudiantes. «Es una persona que no le teme a la gente, le gusta escuchar, no le gustan los tronos».

Bonachón, campechano

«Hablando es muy bonachón y campechano. Puede decirte algo muy intelectual pero lo va a hacer de una manera sencilla. «Es un hombre paciente, es un hombre que tiene muchísimo sentido del humor. Su sentido del humor es irónico al estilo Mafalda, muy intelectual. Es muy de chiste fáciles».
Una de las grandes pasiones de Bergoglio es el San Lorenzo de Almagro, equipo del que nunca ha negado ser fan. Tanto que, como cuenta Amalia, por defender al equipo de sus amores se podía llegar a transformar en un auténtico fanántico. «Ser de San Lorenzo, para que ustedes lo entiendan, es como ser del ‘Atleti’. Alguien de San Lorenzo puede ser un tipo muy serio como Bergoglio, pero cuando le hablabas del fútbol perdía la objetividad. Eso demuestra su humanidad», detalla.
Entre los grandes del fútbol argentino, Boca Juniors y River Plate, también tiene claras sus preferencias: «Entre River Plate y Boca siempre se quedaba con Boca. Es, como todos los ‘cuervos’ (apodo con el que se conoce a los hinchas de San Lorenzo), muy anti River”, si es que un Papa puede ser antialgo. En el último mundial los dos Papas vieron cómo la final la jugaban sus distintos países.

¿Cómo ser cura? 

«Yo estaba haciendo el colegio industrial, estudiaba química, y un 21 de septiembre, porque eso me acuerdo siempre, salía para ir a pasear con mis compañeros y pasé por la iglesia (San José) de Flores, yo iba a esa iglesia, y ahí, entré, sentí que tenía que entrar», relató en un programa de radio.
«Son esas cosas que vos sentís de adentro, que no sabes cómo son y miré, estaba oscurito, una mañana de septiembre, y veo que venía un cura caminando, no lo conocía, no era de la iglesia y se sienta en el último confesionario, a la izquierda, mirando al altar, y ahí yo no sé qué me pasó», narra.
«Sentí como que alguien me agarró de adentro y me llevó al confesionario, no sé lo que pasó ahí, evidentemente le conté mis cosas, me confesé, pero no sé lo que pasó», explicó en tono sereno y pausado, como si todavía lo asombrara el recuerdo de aquél momento. Y ahí sentí que iba a ser cura. lo que no supo en ese momento es que llegaría a ser Papa. Tomado de teinteresa.es

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