El deporte y las actividades físicas hacen las veces de un foro abierto en el que los individuos y su entorno social adquieren valiosas experiencias en lo que respecta a enfoques específicos de género. Si bien en todo el mundo las mayores organizaciones de mujeres son las de carácter deportivo, en la mayoría de las sociedades las chicas tienen menos acceso al deporte que los chicos. A ellas se les enseña que sus cuerpos deben ser sobre todo bellos, y que su función principal es la de dar a luz. El deporte puede proporcionar a estas chicas experiencias físicas que no tienen nada que ver con la reproducción. El deporte en grupos mixtos o de sexos separados (en muchas sociedades la primera opción no es factible) ofrece la posibilidad de concientizar a los adolescentes respecto de los roles que la sociedad espera que ellos desempeñen y de darles a conocer otros roles alternativos. El grupo deportivo ofrece a las muchachas la oportunidad de ser escuchadas en un marco socialmente aceptable, de ser percibidas como individuos y de expresarse. El deporte también puede hacer que las muchachas experimenten sus propios cuerpos y aprendan técnicas de defensa personal. Las “chicas fuertes” también se tornan visibles al mundo fuera del club deportivo. Los grupos de sexos separados pueden examinar las limitaciones de los roles de género y las alternativas a tales roles, discutirlas y ayudar tanto a chicos como a chicas a encontrar su identidad específica de género. En los grupos mixtos, los participantes aprenden a tratar justamente a los miembros del sexo opuesto, partiendo de la observación de que aunque chicos y chicas tengan habilidades diferentes, todas ellas son igualmente valiosas. En los grupos de deporte y en el marco de las actividades físicas se demuestran y se practican formas de conducta que ofrecen alternativas a las prácticas que rigen en la sociedad, tales como la corrupción, la violencia como forma de solución de conflictos y la contravención de las reglas. A través de las actividades deportivas surge una nueva forma de socialización que sustenta el desarrollo de valores positivos. Sobre la base de estos nuevos valores puede establecerse con los adolescentes una referencia al tema de la SSR; por ejemplo, de la aceptación de responsabilidad con sus propios cuerpos, de modelos alternativos de solución de conflictos y el comportamiento ante los riesgos. A los ojos de la sociedad los jóvenes aparecen con frecuencia estigmatizados y asociados a actos de violencia, robo, prostitución y abuso de drogas. Esto les niega una participación positiva en la sociedad y los deja marcados como casos sin esperanza y sin futuro. A menudo esta imputación es tomada en serio por los propios jóvenes, con lo que se convierte en profecía que se cumple a sí misma. Las actividades deportivas en sí mismas y su presentación en forma de torneos o exhibiciones brindan a los adolescentes una oportunidad de exhibir algunas de sus cualidades positivas; de realizar, por decirlo así, un trabajo de RR.PP. en su propio favor. Esto puede dar lugar a un intercambio de ideas y a la integración de jóvenes de diferentes extracciones socioculturales. La cooperación con padres y adultos, con escuelas y otras organizaciones también puede utilizarse para mejorar la imagen pública de los jóvenes y mostrar pautas de conducta juveniles que rara vez son percibidas en el seno de la sociedad, como el brío y el entusiasmo, la voluntad de trabajar duro, las habilidades de comunicación, el espíritu de equipo, la fuerza, las cualidades de liderazgo, la confianza y el respeto. Más allá de los efectos fortalecedores del deporte, es importante el trabajo terapéutico en el campo de de la SSR. Para los jóvenes que han vivido en carne propia la violencia, la violación o la mutilación genital femenina (MGF), temas tales como la sexualidad o las sensaciones corporales son extremadamente delicados. El deporte y las actividades físicas pueden facilitar el acceso a estos temas y proporcionar un marco dentro del cual sea posible discutirlos. La atención debería centrarse aquí en la vivencia positiva del propio cuerpo, en la autoestima, el sabor del éxito y la diversión. Además, el deporte puede generar actitudes propicias para la prevención de la violencia o la adicción. En el campo de la prevención de la violencia, el deporte ofrece a los adolescentes un modo de canalizar sus tensiones físicas y les permite aprender formas de competición positiva y de conducta no agresiva. Esto contribuye también a la prevención de la violencia sexual. En el grupo se aprenden pautas de acción y orientación alternativas y se definen reglas deforma colectiva, lo que –junto con la identificación con el grupo y el sentido de pertenencia a él– ayuda a luchar contra la adicción. En general, el deporte ayuda a superar temores y tensiones y a resolver conflictos. La experiencia de saberse capaz de hacer algo bien y de tener una actividad recreativa sensata puede ayudar a los jóvenes que han dejado la escuela, y en especial a los desempleados, a no caer en subculturas criminales. En el trabajo con jóvenes discapacitados, el deporte ofrece una buena vía de acceso a temas delicados relacionados con el cuerpo y la sexualidad. La actividad física y los logros deportivos no sólo fomentan las habilidades motoras, sino que tienen también un impacto positivo en la confianza en sí mismo.Campamentos de Deportes y Excursiones JuvenilesUn fin de semana con el grupo de deportes, una excursión con actividades deportivas comunes, una semana de capacitación para multiplicadores o un encuentro con otros jóvenes son momentos que los adolescentes viven como una gran experiencia. Esta nueva experiencia grupal, la ausencia de los padres y la familia y el ambiente de aventura entusiasman a los chico se impulsan la consolidación del grupo. Muchos adolescentes ven esto como un paso importante en su camino de asumir la responsabilidad de sus propias acciones y hacerse independientes. El campamento de deportes o la excursión constituyen el marco ideal para fortalecerlas conductas del grupo que favorecen la salud. Además de las actividades deportivas (quepodrían dirigirse a descubrir entre todos nuevas e interesantes formas de deporte) y el aspecto diversión, hay que destacar el entrenamiento, el encuentro con otros jóvenes y la responsabilidad asumida por todos. Conclusión • El recurso a los deportes y las actividades físicas en el campo de la SSR brinda una gran oportunidad de acceder a los jóvenes. • Para fomentar los impactos positivos del deporte (mejor percepción del propio cuerpo, aumento de la autoestima, generación de confianza) es conveniente centrar la atención en el grupo y en el lado divertido de las actividades físicas antes que en el rendimiento y la competición. • El deporte cumple una importante función de socialización: en el grupo se aprenden pautas de conducta alternativas. • Las actividades deportivas contribuyen directamente a promover la SSR; además, motivan a los adolescentes a aprender conductas democráticas. • A través del deporte se pueden establecer contactos con padres, maestros y representantes de otros barrios y comunidades, y utilizarlos para promover la SSR. • El deporte puede emplearse perfectamente como actividad complementaria de otras medidas dirigidas a la promoción de la SSR, tales como centros de salud juveniles, trabajo abierto con la juventud, educación de pares, trabajo en el campo de traumas, servicios de asesoramiento en políticas. |
El deporte y las actividades físicas individuales o por equipos constituyen instrumentos y vías de acceso importantes para alcanzar y abordar a los jóvenes. Son varios los impactos positivos que pueden lograrse en lo que respecta a la SSR de los adolescentes. El deporte fomenta la conciencia y el estado físicos de los adolescentes a través de la experiencia individual de sus propios cuerpos y la actividad física. Normalmente, la actividad deportiva, que requiere momentos de gran esfuerzo y tensión que alternan con pausas de “merecida” relajación, da a los individuos una experiencia positiva que acrecienta su felicidad general y su sensación de bienestar. Además de tales efectos beneficiosos sobre la salud general, estotiene sobre todo un impacto positivo en la seguridad y confianza en sí mismo de los adolescentes. El deporte mejora la condición física, yun cuerpo en buena forma física goza de la aprobación y el reconocimiento de la sociedad, haciendo que los jóvenes tengan una mejor imagen de sí mismos. Los aficionados al deporte tienen una mayor percepción de sus propios cuerpos, conocen sus fuerzas y los límites de su rendimiento físico ya prenden a valorar sus propios cuerpos, lo que redunda específicamente en beneficio de su salud sexual y reproductiva. Los jóvenes que conocen y aceptan sus propios cuerpos los protegerán mejor que aquellos para quienes el cuerpo sólo tiene connotaciones negativas. Esto tiene un impacto sobre todo en la prevención de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) y los embarazos no deseados (en adolescentes).
La autoconfianza adquirida a través del deporte permite a los jóvenes decidir más fácilmente y con mejor conocimiento de causa, por ejemplo, si mantendrán o no relaciones sexuales o tendrán hijos, y con quién y cuándo lo harán.El deporte de equipo crea una ambiente grupal de confianza que fomenta el intercambio de informaciones y experiencias entre los compañeros de equipo. Como las actividades deportivas siempre están centradas en el cuerpo –en el de uno mismo y en el de los demás– también resulta más fácil hablar de temas relacionados con el cuerpo, como la salud, la enfermedad y la sexualidad.