DESPUÉS DE LA II GUERRA EL GOLF HA TENIDO GRANDES ESTRELLAS FEMENINAS

Después de la II Guerra Mundial los premios en los torneos de mujeres profesionales de golf apenas alcanzaban para cubrir gastos. Hoy, las estrellas internacionales femeninas pueden muy bien obtener fama y dinero, aunque las cantidades no llegan a igualar a las de sus colegas del sexo opuesto.

La presencia de las mujeres en los clubs de golf data de mediados de siglo XIX, cuando este juego empezó a practicarse entre las damas ociosas de la alta sociedad, si bien con unas reglas muy particulares. Se consideraba poco delicado elevar el palo por encima de la altura del hombro, y el atuendo utilizado limitaba en gran medida los movimientos. Éste consistía en una amplia falda sujetada a la pierna por encima del tobillo con cintas elásticas.

Sin embargo, esta indumentaria y comportamiento tan decoroso e inhibidor a un tiempo, no habrían de durar mucho, tras la creación en 1893 de la Unión de Mujeres Golfistas. En este grupo fue fundamental la influencia de su secretaria, Issette Pearson, quien quedó segunda, después de lady Margaret Scott en el primer Campeonato Británico Amateur para mujeres celebrado ese mismo año.

LAS MUJERES SE SITÚAN EN CABEZA

También en 1893, al otro lado del atlántico, las mujeres americanas comenzaban a tomar la iniciativa. Las esposas de los miembros del recién creado Shinnecok Hills Club convencieron a éstos para que les construyeran un campo aparte de nueve hoyos. Cada vez que los hombres se negaban a compartir sus campos o a construir nuevos, las mujeres creaban el suyo propio.

En 1894, un grupo de mujeres fundó su propio club con un campo de siete hoyos en Morristown, Nueva Jersey. Así, a las primeras mujeres profesionales de golf estadounidenses, sólo les llevaría algunos años ponerse a la altura de sus equivalentes británicas.

La primera mujer gran estrella del golf británico fue Charlotte Cecilia Pitcairn Leitch, quien llegó a la semifinal del Torneo Amateur para mujeres a la edad de 17 años. A partir de 1914 acortó su nombre a Cecil Leitch y continuó jugando, llegando a ganar 12 títulos en Inglaterra, Francia y Canadá.

Con su swing fuerte y plano dominó el juego femenino hasta ser derrotada por Joyce Wethered, que, por el contrario, tenía un juego elegante y lleno de estilo. Wethered era tan buena jugadora que obtuvo ocho títulos en cuatro años, antes de retirarse del mundo de la competición en 1925. Cuatro años más tarde regresó para ganar por cuarta y última vez el Campeonato Femenino.

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