Tomado del Listín Diario
“Manny being Manny”, fue la frase que perfectamente describió durante toda su carrera la forma de actuar de Manny Ramírez.
Aunque no había duda de todo lo que podía hacer con el bate, su ocasional irregular comportamiento dentro y fuera del terreno, de cierta manera empañaban lo espectacular que era con el madero.
Así sucedió cuando fue suspendido dos veces por consumo de sustancias prohibidas (dopaje).
Esas dos suspensiones, además, lo mantiene lejos de los votos para Cooperstown pues en 7 presencias ha recibido un 33.2% como mayor cantidad.
Entre los muchos actos cuestionables que tuvo en su carrera, uno que aunque quizás no es muy recordado, pero que sí fue en su momento mal recibido por los fanáticos, fue cuando mientras militaba con los Medias Rojas de Boston pidió que su canción introductoria antes de batear fuera Good Times, de Styles P, que menciona malas palabras.
Al día de hoy, esa, y cualquier otra conducta inapropiada que alguien recuerde de Manny, sería difícil de creer cuando ahora se escucha la forma de hablar del toletero, prefiriendo poner a Dios sobre cualquier otra cosa.
“Yo era alguien que aunque tenía dinero, se me complicaba ser realmente feliz, pero desde que le abrí paso a Dios a mi corazón, he sentido esa paz que tanto busqué y no encontraba”, dijo Manny a Listín Diario.
SU MEJOR MOMENTO
En una carrera de 19 años en Grandes Ligas, Manny conectó 555 jonrones, bateó .312 de por vida, fue seleccionado 12 veces al Juego de Estrellas, y ha ganado más de 230 millones de dólares, ya que Boston todavía le pagará un poco más de 2 millones de dólares hasta el 2026, sin embargo, por encima de todos sus logros, para el extoletero su mejor momento no fue en Grandes Ligas.
“Mi mejor momento como pelotero fue cuando me puse por primera vez el uniforme de liga menor de los Indios de Cleveland. Porque aunque di muchos jonrones, mi más largo cuadrangular fue cuando pude salir del barrio lleno de delincuencia y vicios, y empecé a ser un jugador profesional”, dijo Manny.
FANÁTICO DE LOS YANKEES
Manny jugó en los Medias Rojas cuando la rivalidad entre Yankees y Boston estuvo su escalón más alto, y dicho sea de paso, fue un verdadero dolor de cabeza para los Mulos del Bronx, conectándole de por vida 55 jonrones, con un promedio de .322, pero curiosamente, Ramírez confesó que siempre fue fanático de los Yankees.
“Mi papá me llevaba al estadio cuando era adolescente, y yo veía a los peloteros practicando con ese uniforme de rayas, y siempre anhelaba ser de ese equipo, siempre fui fanático de los Yankees.”, admitió Manny.
Ramírez comenzó a enseñar su dote de gran bateador desde pequeño en la escuela pública de la ciudad de Nueva York. En 22 juegos bateó 14 jonrones con un promedio de .650, fue llamado Jugador del Año.
SU RELACIÓN CON DAVID ORTIZ
Además de las dos Series Mundiales que ganaron juntos, y los memorables jonrones que conectaron siendo compañeros de equipo, la relación más allá del béisbol entre Big Papi y Manny no es solamente el hecho de que sean compadres.
“Desde que David llegó a Boston, lo adopté como un hijo, porque veía en él algo que muchos no, y era esa hambre de ser mejor, y hasta el sol de hoy sigue siendo así”, dijo Manny.